EL TEMASKALI: MÉTODO SIMBÓLICO-MITOLÓGICO-MÁGICO DE HABITAR

Resumo

Las ritualidades de origen prehispánico permiten aproximaciones a las perspectivas desde las que se constituye el mundo y su habitar dentro de un complejo sistema simbólico denominado cosmovivencial. Por ello, el objetivo de este estudio fue describir al temaskali^[1] como modo de habitar el mundo, desde una perspectiva simbólico-mítica-mágica, para comprenderlo como estructura interpretativa de la experiencia vivencial del ser humano. Tal propósito se origina al interrogarse respecto de cómo el temaskali propicia una interpretación de la experiencia vivencial del habitar desde una dimensión simbólico-mítica-mágica. Ante esto se propone, que la experiencia vivencial del ritual del temaskali permite una interpretación del ser humano como ser errático, o en constante alumbramiento, que habita el mundo. Las indagaciones al respecto de esta propuesta se derivan de la observación participante de esta práctica y la aproximación hermenéutica, que supone que la experiencia de mundo es vivencial, por tanto, implica tanto la presencia, como participación, para dialogar entre el acontecer ritual y la comprensión del modo de vida que permite el sentido de existir. Tal observación deriva de un seguimiento a la práctica de temaskali realizada en la Universidad Intercultural del Estado de México y cinco testimonios de los participantes habituales. Para reflexionar a propósito de lo dicho, se articulan tres momentos: primero se describe el proceso del temaskali en un municipio del Estado de México; posteriormente, se expone el acontecer simbólico-mítico-mágico de este ritual que propicia el habitar; finalmente, se plantea la relación de tal acontecer con el modo de ser errático que implica la existencia (nemili en el idioma nauatl). Todo ello, con base en una trama interpretativa que vincula los testimonios con los tópicos hermenéuticos considerados. Como uno de los principales hallazgos, se propone que en el temaskali opera una cuaternidad de habitabilidad centrada en la noción de tlojke-nauake, el cerca y el junto, condición que favorece un tránsito permanente entendido como existencia (nemili), lo cual devuelve la mirada a los procesos rituales como dinámicas cosmovivenciales de la existencia en el mundo.

[1] El uso de esta escritura respecto al idioma naua, obedece al alfabeto propuesto en la obra: Tlajtolchiuali, palabra en movimiento: el verbo, de Crispín Amador, editada en 2002. Se utilizará dentro del texto cuando las palabras en tal idioma provengan del análisis propuesto, no así para las citas de otros autores que se empleen en la discusión.