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ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DE LOS EFECTOS SOCIOECONÓMICOS
DE LA RELOCALIZACIÓN DE LAS FAMILIAS EN EL CONJUNTO
HABITACIONAL SAN ISIDRO DURANTE EL 2007 Y EL 2010
Gloria Beatriz Giménez Castro
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Investigadora Independiente - Paraguay
http://orcid.org/0000-0001-7405-2848
Recibido: 15/05/2020
Aprobado: 29/05/2020
Resumen
El trabajo analiza y evalúa el efecto sobre las condiciones de vida de familias
relocalizadas en el conjunto habitacional San Isidro de Encarnación. El objetivo es
describir los efectos socioeconómicos del proceso de relocalización involuntaria de
familias vinculadas al Proyecto Hidroeléctrico Yacyretá, según la percepción de estas
familias trasladadas, identificando los elementos que afectan las condiciones de vida
que hacen al Desarrollo Humano. El método es descriptivo, con enfoque mixto, análisis
de casos testigos, como ser familias de las nueve etapas, informantes claves (técnicos
sociales de la EBY y del puesto de salud del barrio). La revisión documental se realizó
de los archivos de Yacyretá. Los resultados arrojan que la zona ribereña de Encarnación
se convirtió en una estrategia para los migrantes rurales quienes se han instalado en
terrenos públicos urbanos para construir una casa y desde ahí desarrollar sus
actividades, lo cual generó un cinturón de familias vulnerables económica, social y
ambientalmente. Existen efectos positivos y negativos como consecuencia de la
relocalización compulsiva de estas familias, los transforma de “familias afectadas” a
“familias beneficiarias” de una vivienda urbana. Se concluye que independientemente
de esta transformación social, se produjo el desmembramiento y ruptura de los lazos
familiares en todos los aspectos de la vida social y económica, especialmente vinculada
a la estrategia de sobrevivencia interactuante, ocasionando innumerables conflictos.
Estas familias requieren del acompañamiento, tendiente a soluciones sostenibles, con
1
Doctora en Educación y Desarrollo Humano. Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Correo electrónico:
gloriagc66@hotmail.com
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actividades de promoción, educación y de reconversión laboral, para hacer frente al
estilo de vida diferente en su nuevo hábitat.
Palabras clave: Familia, Efecto, Desarrollo Humano, Hábitat
Ñemombyky
Ko tembiapo ohesa’ijo ha omomba’eguasu tapicha kuera rekove rehe ha ojerova’akue
ogaita pyahy rendápe tekoha San Isidro, táva Encarnación, Paraguáipe. Tembiapo
jehypytyrã ha’e ñeha’ãngahai mba’éichapa virujepururã omoambue tapicha kuéra
ojerova’akue oipota’ ỹre Tembiaporaperã Ysyryndy Yacyretá reheguárehe,
he’ihaguéicha tapichakuéra ojerova’akue, ojehechakuaa rupi mba’ekuéra omoambuéva
hekovekuéra Ombojepysorekóva Yvypora rekove. Taperekokuaa’aty Mombe’uchapy
rehegua, ojehechakuaa mokõi jave háicha, ha’éva tekogua ha papapyguáva,
oñehesa’ỹijo jehecháre ohasava’ekue, ha’eháicha ogapypeguakuéra tekoharegua,
omembe’úva ha’etéva (Mba’apokuaáva Tekoveatygua EBY ha Tesãi Róga tekoha
regua). Kuatiaita ñehesa’ỹijo ojeguerojera Yacyreta ñeñongature apytégui.
Tembikuaarekágui osêva’ekuegui ojehechakuaa Encarnación ysyry guasu ykére
ouhague ojogapo, ha upéi omba’apo, upeicha rupi ojeguereko ogapypegua oî asyva viru
jepuru, tekoha ha jeikoha rupi rehegua. Ojejuhu upéicha, jejerova mbaretépe
ojejapo’akue rupive osê iporãva ha ivaíva apytépe, oñemomanbue upéicha “ogapypegua
oîasýva’ekuegui” “ogapypegua jemoporãvepe” umi oikóva táva ryepýpe. Ipahaitépe,
oñemboapu’akuévo, oñemoambue haguére tekoveatygua jereko, ojehecha isarambiha
ogapypegua rekove ha ijetu’uve ñembyaty, virujepuru rehegua ha hekovekuéra
oñomoirû haĝua, ha upéva rupi heta apañuaive. Ogapypegua kuéra tekotevẽ
oñemombarete, eme’e ñemyatyrõ ojepytasóva, tembiapo ojehechauka, ojehekombo’e
ha mba’apo ñemoambue ojegueroguata haĝua hekopete hekoha pyahúpe.
Ñe’ẽ tekotevẽtéva: Ogapypegua, tembiapokue rakykuere, yvyporarekove jepysoreko,
tekoha
1. Introducción
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Este artículo aborda el análisis y evaluación de los efectos socioeconómicos en
las familias reasentadas involuntariamente en el conjunto habitacional San Isidro de
Encarnación. Este reasentamiento se llevó a cabo por el proyecto hidroeléctrico
ejecutado desde la Entidad Binacional Yacyretá.
Encarnación es uno de los territorios que tuvo la mayor afectación por la
construcción de la Represa Hidroeléctrica Yacyretá, cuya transformación definitiva
comienza a visualizarse a partir del año 2007. Según el informe del Área
Reasentamiento del año 2019, que trata sobre las atenciones brindadas en el marco del
documento denominado Plan de Acción para el Reasentamiento y Rehabilitación
(PARR) de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que pasó a integrar el Plan de
Terminación de Yacyretá (PTY) aprobado en el o 2005, se constata que el llenado del
embalse de este proyecto hidroeléctrico produjo la inundación de una importante
superficie continental e insular de ambas márgenes del río Paraná aguas arriba de la
represa Yacyretá, es decir, tanto de Posadas (Argentina) como de Encarnación
(Paraguay).
Al respecto, Brites y Catullo indican que la obra del proyecto hidroeléctrico
Yacyretá generó la formación de un lago de 40.000 hectáreas a cota 83 metros sobre el
nivel del mar (m.s.n.m), afectando alrededor del 10 % del tejido urbano tanto de
Posadas como de Encarnación respectivamente, y que, entre otras operaciones, la EBY
desplegó programas de relocalización de familias en conjuntos habitacionales
construidos previamente (2017). En este contexto, según el mencionado informe del
Área Reasentamiento y Rehabilitación, la conformación del embalse en el
Departamento de Itapúa-Paraguay implicó, el desplazamiento involuntario de familias
urbanas, rurales y periurbanas ubicadas en el territorio comprendido entre el distrito de
San Cosme y San Damián y Mayor Julio B. Otaño (Informe de Atenciones brindadas
por el Área Reasentamiento y Rehabilitación en el marco del PARR, 2019).
Así pues, la afectación del casco urbano de la ciudad de Encarnación fue
significativa particularmente de los barrios ribereños del río Paraná, así como también
de la infraestructura urbana implantada en dicha localidad como ser puertos, vía férrea,
estación del ferrocarril, aeropuerto, rutas de acceso, sistemas de abastecimiento de agua,
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sistemas cloacales, centros recreativos (clubes), centros educativos (escuelas, colegios)
y templos religiosos.
En cuestiones laborales, las mujeres y los varones de los barrios ribereños de la
ciudad de Encarnación se insertaban dentro del campo laboral informal,
desempeñándose como paseros, vendedores ambulantes de comestibles, frutas, verduras
o de artículos varios, empleadas domésticas, pescadores, changadores, zafreros, también
a la industria olera y tejera, especialmente en el barrio Mboi Caé (Plan Operativo, Área
Reasentamiento y Rehabilitación, P. T. Y, 2008). Estas actividades productivas eran
facilitadas por varios factores como el lugar en la que habitaban estas personas, la
proximidad al casco urbano de la ciudad de Encarnación, al río y al circuito comercial
de la zona baja.
La zona baja de la ciudad de Encarnación generaba una dinámica comercial,
consolidada con años de tradición e influencia de factores de orden económico y social,
en donde se fusionaban la vida de las familias y el desarrollo de actividades productivas.
Sus moradores y barrios aledaños tenían en ella una práctica cotidiana de subsistencia,
permitiéndoles satisfacer la mayoría de sus necesidades básicas. Con la relocalización
forzosa se produjo el desmembramiento socioeconómico, teniendo en cuenta que las
familias residentes en esta zona fueron reasentadas de entre 3 a 5 km del nuevo circuito
comercial, también relocalizado por Yacyretá.
Servín (2007) señala que la elevación del embalse de Yacyretá produjo impactos
negativos tanto a la población como a la biodiversidad. Agrega que la relocalización de
las familias encarnacenas específicamente hasta el conjunto habitacional Arroyo Porá,
del distrito de Cambyretá produjo, entre otras situaciones, la ruptura del tejido familiar
extensivo y vecinal, los cambios en la conducta de la familia, la sensación de
inseguridad, la falta de fuente de trabajo, la distancia al centro urbano. También la gran
frustración manifestada por los pobladores al comparar la situación actual al hábitat
anterior.
En esta línea, Zuiderwyk (2008) expresa que a consecuencia del proyecto
Yacyretá se fueron dando a través de los años, principalmente sentimientos y emociones
de los encarnacenos, ciudadanos comunes afectados de múltiples maneras, porque se
encontraron desarraigados de sus hogares, de sus recuerdos y la transformación de la
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geografía que significan cambios profundos en la vida de las personas por sus múltiples
repercusiones económicas, ambientales, sociales, culturales, psicológicas y éticas
(Zuiderwyk, 2008). Sobre esto, Czeraniuk, (2008) agrega que la permanente
preocupación por lo social ha convocado a este estudio, a fin de intentar contener datos
históricos fundamentales para la comprensión de los hechos (Czeraniuk, 2008), pues
estoy proyectos son fundamentados con intenciones de bienestar y para el desarrollo
regional y local, presentando al desplazamiento de poblaciones como efecto del
progreso, en donde a las relocalizaciones son entendidas en términos de “reasentamiento
involuntario”.
De esta manera Brites y Catullo (2017) también consideran que, si bien los
programas de relocalización desencadenan procesos complejos, no obstante, los efectos
producidos por la relocalización no son uniformes, las familias desplazadas están
expuestas a múltiples alteraciones y resultan afectadas de un modo diferencial
atendiendo a sus capacidades diferentes para hacer frente a estos nuevos cambios.
Autores que investigaron sobre el contexto problema a nivel local, como Encina,
Kunies, Sena y Zayas (2013) refieren que la ciudad de Encarnación como consecuencia
de la obra hidroeléctrica Yacyretá ha sufrido afectaciones relacionadas al quehacer y la
vida de los pobladores de la zona. El impacto social que sufrieron las familias residentes
en la zona afectada implicó todo un desarraigo, generó una población resignada a ver
morir gran parte de su rico patrimonio cultural, su identidad, la historia de la ciudad. En
ese sentido, Ayala (2010), refiere para el caso de la población afectada por la represa de
Yacyretá que, decenas de miles de familias han sido desplazadas de sus tradicionales
lugares de origen, de sus hábitats, pérdidas de fuentes de trabajo que durante décadas les
permitió un seguro ingreso económico de subsistencia como ser: la olería, la cerámica, a
las lavanderas de ropas en el río, la pesca, servicio de lanchas, estibadores, el paso de
productos de frontera, el reciclaje. Agrega que es un enorme impacto en todos los
órdenes, legado de la enorme represa que se construsin vos ni voto de los afectados
(Ayala, 2010).
Sin embargo, se debe atender que Brites y Catullo (2017) refieren a que la EBY
tuvo en cuenta el PARR como programa oficial para el reasentamiento de la población
involucrada con el proyecto Yacyrey su implementación respondió a las políticas de
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reasentamiento involuntario propuestas por el Banco Mundial y del Banco
Interamericano de Desarrollo.
Según el PARR (2005), la población involucrada desde el primer censo
realizado en 1979/80 hasta abril de 2005, fecha de la última verificación de familias, el
proyecto Hidroeléctrico Yacyretá ha registrado un total de 18.004 familias en las áreas
que conforman la poligonal de expropiación del embalse Yacyretá, lo que representa un
contingente poblacional de aproximadamente 80.000 personas. Este documento también
indica que, de este total, el 45 % de hogares fueron relocalizados en etapas anteriores de
la aplicación del PARR, y que, para definir el tramo final del traslado de familias
residentes en zona de afectación, en abril del 2005, la EBY realizó la Verificación de
Áreas Urbanas (VAU 2005), registrando un total de 7.435 hogares residentes en la
poligonal de afectación del embalse (1.812 de la Margen Izquierda-MI, Argentina y
5.623 de la Margen DerechaMD, Paraguay). Así también el PARR (2005) señala que se
consideró como población involucrada a todas las personas y/o familias, que debían ser
relocalizadas como resultado del llenado del embalse de Yacyretá, independientemente
a que estos hogares residan en una misma vivienda y de su condición de tenencia, es
decir que fueran propietarias, arrendatarias u ocupantes de la vivienda afectada. Por otra
parte, establece que cada familia ocupante no propietaria del inmueble, debía cumplir
los requisitos de habitar bajo cota de afectación, haber sido censada por la EBY y
acogerse a la solución ofrecida por Yacyretá (PARR, 2005).
Este plan estableció las directrices básicas de la política de reposición de las
pérdidas y tratamiento de la población y de los segmentos productivos afectados por la
implantación de la misma en sus diferentes etapas dentro del pre traslado, traslado y
transición. A cada etapa corresponden programas, que son ejecutados por el Área
Reasentamientos y Rehabilitación de la EBY y también a través de convenios con
instituciones públicas y privadas, ya que siguiendo lo dispuesto por la Agenda 2030
para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), se considera
que el mayor reto consiste en construir capacidades para el logro de un progreso
multidimensional.
De ahí que surja el interés por investigar las condiciones de vida del pre y post
traslado de las familias relocalizadas en San Isidro de Encarnación, estableciendo los
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principales obstáculos y oportunidades, con la intención de analizar y evaluar los
aspectos positivos y negativos de la solución habitacional otorgada a estos hogares por
la EBY. Por eso, se mostrarán los resultados sobre cuáles son los efectos
socioeconómicos y culturales de la relocalización y su implicancia sobre las condiciones
de vida de las familias vinculadas al proyecto hidroeléctrico Yacyretá, según la
percepción de los propios reasentados en el conjunto habitacional San Isidro de
Encarnación; cómo afecta el traslado forzoso a las redes vecinales y familiares de los
relocalizados; y cuál fue el proceso del reasentamiento, así como los proyectos
planteados por la EBY para la mitigación de los resultados negativos del
desplazamiento y para la contribución a la mejora de las condiciones de vida de los
hogares desplazados al nuevo hábitat
2. Metodología
Se tomó como caso testigo el conjunto habitacional (CH) San Isidro de Encarnación,
etapas I al IX. De manera concreta, se tuvo en cuenta la condición de tenencia de la
propiedad en el barrio de origen de las familias reasentadas.
La investigación se desarrolló con un método mixto, es decir, anclada en la lógica de
la complementariedad metodológica la investigación articula enfoques tanto
cuantitativos como cualitativos de acceso y tratamiento de la información, para lo que se
usó un enfoque descriptivo desde lo reflejado por las encuestas y entrevistas realizadas.
La entrevista en profundidad no estructurada, con el apoyo de una guía de preguntas
orientadoras de los principales tópicos y dimensiones del problema, posibilitó que las
personas entrevistadas se explayaran sobre la experiencia y vivencia de su realidad.
Además, se utilizó la técnica de la observación, para el registro de las condiciones
generales del barrio, como infraestructura física, saneamiento ambiental y condiciones
de las casas, asimismo las relaciones vecinales y familiares, incluso para el registro de la
actitud de las personas acerca de los temas abordados durante la entrevista, a modo de
enriquecer la descripción de los resultados.
El muestreo fue no probabilístico e intencional y resultaron seleccionados
intencionalmente: seis informantes claves, líderes de la comunidad, es decir presidentes
de las comisiones vecinales de las etapas del conjunto habitacional, quienes también han
experimentado el traslado forzoso y acompañan en el día a día a sus vecinos; así como
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también uno o dos jefes de hogar o cónyuges por etapas y por diferentes barrios de
origen, así como por tipología de familia (familia nuclear, familia monoparental padre
y/o madre sin pareja que vive con sus hijos, familia ampliada y adultos mayores (tercera
edad); los responsables de las dos Unidades de Salud Familiar USF, existente en el
área de estudio, etapas I y VII, así como a la encargada del Centro Vivo municipal
(Programa de promoción del desarrollo integral y la articulación social de la zona)
instalada en el Centro Comunitario de la etapa IV. También a los dos Técnicos Sociales
(TS) de la EBY responsables de la atención de las familias relocalizadas en San Isidro, a
partir de las oficinas barriales instaladas en las etapas I y VIII de dicho complejo
habitacional de Encarnación. El total de entrevistados fue de 24.
3. Análisis de los resultados por dimensión
Dimensión sanitaria
Por lo que se refiere a la dimensión sanitaria, los resultados arrojan una mejora en
cuanto a la atención de la salud de los relocalizados, aludiendo el sustancial cambio en
el nuevo barrio de las condiciones ambientales y sanitarias, manejo de residuos ya que
la EBY les provee del servicio de recolección de basuras. También por la asistencia
médica primaria recibida a través de las dos Unidades de Salud Familiar (USF), que se
encuentran instaladas en las etapas I y VII del conjunto habitacional San Isidro.
Los entrevistados señalan que, en su barrio de origen soportaban un ambiente físico
insalubre producido por frecuentes inundaciones de sus viviendas, contaminación
ambiental por la existencia de micro basurales, áreas de malezas y de letrinas. El agua
servida y de excretas generalmente lo vertían en canales a cielo abierto, en el patio o en
la vía pública, que constituían focos de contaminación, así como el reducido nivel de
acceso al agua potable. No contaban con USF en su barrio, la mayoría de las familias
recurrían al Hospital Regional de Encarnación, de Posadas República-Argentina o
acudían a la medicina natural, la automedicación con remedios yuyos o de adquisiciones
de medicamentos sin recetas.
Actualmente, en las USF son atendidas alrededor de 70-100 personas por día y
desde las USD se conforman grupos o clubes para la sistematización del proceso
médico-sanitario.
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Los entrevistados destacan que estas actividades motivan a las personas, les integra
y fortalece la relación de amistad y confraternidad entre los vecinos.
Por tanto, se puede hablar de una mejoría considerable en el nuevo hábitat y que el
hecho de vivir en un entorno saludable es destacable dado por el ambiente circundante,
en la cual disfrutan del aire puro, mayor limpieza, menor humedad, que propicia un
estado de bienestar a favor de la salud física y mental de las familias del conjunto
habitacional San Isidro.
La dimensión educativa
Actualmente tienen garantizado el acceso a las instituciones educativas formales.
Según los jefes de hogar, los propios escolares y docentes, los alumnos asisten a la
escuela regularmente, ya que los conjuntos habitacionales fueron equipados con tres
escuelas en la que asisten cientos de escolares de la zona. La distancia reducida entre
sus viviendas y la escuela hace que no requiere el uso de transporte, se manejan a pie, y
asisten asiduamente motivados por la merienda y almuerzo escolar. Se considera que el
número considerable de menores que anteriormente pasaban a engrosar los casos de
abandono escolar a consecuencia del trabajo infantil, facilitado por la cercanía del
circuito comercial y del centro de la ciudad, actualmente es menor, ya que en su
mayoría ya no se dedican a trabajos infantiles informales. Tiene que ver en esto, además
de los beneficios otorgados al barrio y los complementos educativos, la distancia entre
el nuevo barrio y el centro de la ciudad, así como también del circuito comercial de la
ex zona baja.
Sin embargo, a los centros educativos del barrio les faltan vacancias para absorber a
todos los escolares, especialmente para los estudiantes de la Educación Media (EM), por
lo cual acceden a los colegios ubicados en el centro de la ciudad. De esta manera para
los estudiantes de niveles medio y universitario, se requiere de medios de transporte que
les permitan trasladarse fuera del conjunto habitacional. Esto puede estar incidiendo en
que la educación media o secundaria, así como la universitaria tenga niveles bajos en
este conjunto habitacional, pues tan solo un 30 % del total de los habitantes la alcanza.
Además, se ha observado que en esta comunidad muchos jóvenes ni estudian ni trabajan
(conocidos como NINI).
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Por otro lado, se observa mucho interés de las personas adultas en los cursos de
capacitación relacionados a rubros de una rápida salida laboral como cursos de
computación, mecánica de motos, reparación de celulares, especialmente las mujeres
acceden a los cursos de cocina saludable, repostería, decoraciones, manualidades,
maquillaje y peluquería. Sobre esto se resalta positivamente el rol del Centro Vivo con
los cursos de capacitación impartidos dentro de la propia comunidad, ya que primero se
capacitan para luego dedicarse a ello.
Por tanto, se puede hablar de un mejoramiento del nivel de acceso a la educación
formal de los niños y niñas en edad escolar, favorecido por la existencia de tres
instituciones educativas dentro de la misma comunidad. En los niveles de la Educación
Inicial (EI), educación escolar básica (EEB) nueve grados y la educación media (EM),
esta última específicamente funciona en la etapa IX, del conjunto habitacional San
Isidro. Se produjo un mejoramiento de las condiciones de educabilidad, que antes de su
relocalización la mayoría de las familias no contaban, como ser, las condiciones
materiales de su vivienda, que les permite hoy día disponer de un ambiente adecuado
para estudiar y realizar sus tareas escolares. Sumado a ello acceden a la merienda y
almuerzo escolar, a través de las políticas públicas implementadas en el ámbito
educativo, en donde la alimentación se espera, adquiera un nivel decoroso y razonable
de nutrición. Son algunas de las condiciones primordiales para que los alumnos que
asisten a la escuela estén efectivamente en condiciones de educarse, desarrollarse como
persona y poder efectivamente encaminar un futuro escolar en el que el conocimiento
que adquiere en la escuela le sea de utilidad y oportuno en su vida adulta.
Cuestiones de empleo, ingreso y canasta familiar.
Las principales actividades productivas desarrolladas por las familias estaban
vinculadas a vendedores informales de verduras, frutas, yuyos, quinielas, chipas y otros
comestibles, así como también paseros, almaceneros, pescadores, lavanderas, albañiles,
jornaleros y changarines. Existían, en menor medida, los empleados del sector público y
privado, así como los independientes tales como los comerciantes, mesiteros, feriantes
todos del circuito comercial, docentes, electricistas, carpinteros, empleadas domésticas,
empleados bancarios y de comercios.
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Actualmente, se observa disminución de la actividad económica de los reasentados;
aparejado por los bajos ingresos y el aumento del costo de vida, son algunos cambios
negativos provocados por el reasentamiento. Las familias en su nueva vivienda se
encontraron con gastos al que no estaban acostumbrados como pago por consumo de
energía eléctrica, impuesto inmobiliario, pasajes y/o combustibles, adquisición de
alimentos de los supermercados o despensas del barrio, a precios superiores del
mercado municipal de donde se surtían antes de la relocalización. Son algunas
situaciones expresadas por los jefes de familia entrevistados, a las que se atribuyen el
encarecimiento del costo de vida de las familias en el nuevo hábitat.
Otro aspecto negativo al que no estaban acostumbrados es la distancia del lugar de
trabajo, ya que actualmente tienen gastos en pasaje o combustible que antes no tenían.
Paralelamente en la realidad actual de esta comunidad, se observó la existencia del
desempleo, especialmente de un sector joven de la población, quienes alegan la
distancia del centro como una problemática para acceder a un puesto laboral. Según
describen los entrevistados estos jóvenes tienen mucho tiempo de ocio que, unidos a los
nuevos vecinos, que ingresan a la comunidad como inquilinos o nuevos propietarios,
crean situaciones de preocupación. Los informantes agregan que estos jóvenes se reúnen
a cualquier hora del día para el consumo de alcohol, estupefaciente y muchas veces se
dedican a la delincuencia, generando zozobra en la población
Se corrobora que la mayoría de los relocalizados se mantienen en el subempleo
inmerso en el campo informal del trabajo, en ese aspecto se observa cambios positivos
mínimos, ya que la mayoría no cuenta con un trabajo que le asegure un ingreso
económico estable. Paralelamente a la situación de los jóvenes inactivos, se detectó otro
grupo de esta misma franja etaria, que si están incluidos hoy en día al campo laboral. Se
trata de jóvenes que estudian y trabajan para colaborar con el ingreso familiar y así
cubrir los gastos de estudio y de pasajes, empleándose como personal de casas de
cambios, de supermercados, de hoteles, lugares gastronómicos incluyendo el trabajo de
delivery en restaurantes y farmacias de la ciudad de Encarnación.
De esta manera, el ingreso per cápita de los jefes de familia entrevistados y sus
miembros que no superan los Gs. 2.000.000.- (guaraníes dos millones) representan al
menos el 74%; de los cuales el 36% ni siquiera superan los Gs. 1.000.000.- (guaraníes
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un millón). Se evidencia que la mayor problemática de los relocalizados es en el ámbito
de lo económico. El traslado produjo en la mayoría de los hogares, la pérdida de sus
actividades productivas, así como también el encarecimiento de la canasta básica
familiar por la distancia del centro, del río, del mercado y del circuito comercial, que
genera además gastos en movilidad. Con el ingreso económico en su hábitat actual, se
ven imposibilitados a cubrir todos los gastos que demanda su nueva condición de
propietario de una vivienda urbana, lo cual se entiende los conduce hacia el único
recurso que poseen, que es la venta o alquiler de sus viviendas
De ese modo se deduce que estas personas reasentadas presentan poca capacidad
para enfrentar una nueva vida en áreas alejadas del casco céntrico de Encarnación, y en
donde afrontan significativos cambios respecto al aumento del costo de vida. Esto se
intenta paliar a partir de que cada etapa tiene su Comisión Vecinal formal, constituida a
través de una asamblea de vecinos y con la intervención de la Municipalidad de
Encarnación, quien les otorga una Resolución de reconocimiento oficial, con una
duración de dos años de mandato. Estas comisiones, generalmente realizan actividades
benéficas de recaudación de fondos tales como: polladas, tallarinadas,
hambuegueseadas, cuyos fondos sirven también para el arreglo del barrio, costear
festejos especiales como día del niño, de la madre, para adquirir e instalar cámaras de
seguridad dentro del barrio. la inseguridad es generada por la presencia de rateros
(ladrones).
En cuanto a las actividades recreativas se puede mencionar que cuentan en cada
etapa equipamientos comunitarios con parque, plaza, polideportivo, espacios verdes que
les permite y favorece el desarrollo de actividades de esparcimiento e integración entre
vecinos.
A más del mejoramiento en el nivel de acceso a la educación, a la salud, del
ambiente saludable, así como también se observa en el aspecto organizacional.
4. Conclusiones
De esta manera, considerando los datos y hechos en los cuales se ha apoyado el
análisis de esta investigación, se puede concluir que la relocalización realizada por la
EBY, en el conjunto habitacional San Isidro de Encarnación produjo en las familias
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reasentadas, efectos positivos y efectos negativos. Algunos efectos positivos son los
relacionados con lo ambiental y sanitario, visto que esa problemática tuvo un revés
favorable en su nuevo hábitat, tenencia de una vivienda propia y digna, la
infraestructura y equipamiento comunitario. Entre los efectos negativos se encuentran la
disminución de la actividad económica, bajos ingresos económicos, el aumento del
costo de vida, alejamiento del centro de la ciudad y el rompimiento de las redes
familiares.
El acceso a viviendas dignas implantadas en espacios saludables, pasando de una
condición de ocupante precario (inquilino, cedido, dueño de mejoras), a la condición de
propietario de inmueble, también produjo en cada familia una mejora específica, la
socio-habitacional, transformándolos, desde la percepción de los entrevistados, de
“familias afectadas” a “familias beneficiarias” de una vivienda urbana, con materiales
de construcción mejorados, y a través de los servicios de saneamiento básicos
requeridos y que disponen en su nuevo barrio para el bienestar de sus miembros
familiares, como agua corriente, baño instalado, recolección de residuos, mejora en el
suministro de energía eléctrica, que de estar en una situación de “enganchado” pasaron a
tener instalación propia con medidor. Esta situación representó además la mejoría de
equipamiento comunitario e infraestructura en el nuevo hábitat, como calles asfaltadas y
otras empedradas, que según refieren, les permite circular por la vía pública con más
facilidad, incluso en épocas de lluvia. Disponen además de veredas, espacios recreativos
y servicios de saneamiento, la atención básica de la salud, servicio de recolección de
basura y el acceso al servicio de la educación formal.
En cuanto a las condiciones de salud, comparativamente a la situación anterior,
posibilitó una mejor situación de asistencia, visto que cuentan con dos USF para la
prevención y atención primaria de la salud. Se propicia, además un entorno saludable,
en el cual disfrutan del aire puro, mayor limpieza, menor humedad, acceso al agua
potable, baño instalado con ducha eléctrica, cuyo uso antes no era usual en el barrio de
origen de la mayoría de las familias. Anteriormente casi todos se abastecían de grifos
públicos con cortes intermitentes y precario servicio, un hecho que les obligaba al uso
de agua de pozo o del río. También los servicios de recolección de residuos que
actualmente cuentan en el nuevo barrio, la práctica común en el área de origen era la
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quema o tiraban en patios baldíos, causes de arroyos o al río. Otro indicador de mejora a
favor de la higiene y la salud, se relaciona con el espacio independiente y combustible
utilizado para la manipulación y cocción de sus alimentos, pues, en muchos casos
pasaron del uso de carbón y leña en fogones o en el suelo, a contar con una pieza
independiente para cocinar, incrementándose el acceso de bienes de consumo, la cocina
a gas o eléctrica. Sin embargo, se observó durante las visitas domiciliarias,
especialmente en la etapa IV, que en algunas casas aún utilizan el brasero con carbón y
leña.
Con relación a la mejora de acceso a la educación formal, es facilitada por los tres
establecimientos educativos construidos por la EBY en la nueva comunidad, fortalecida
también por la implementación de las políticas públicas a través del gobierno, como el
programa de merienda y kits escolares, que son factores positivos que tratan de mitigar
prácticas anteriores como el ausentismo y el abandono escolar, que a veces propiciaba el
trabajo infantil en la anterior zona de residencia. Se suma a ello los cursos de
capacitación al que acceden las personas adultas en su nuevo barrio, les permite adquirir
entrenamiento o capacitación en algunos rubros para una rápida salida laboral. Sin
embargo, para el éxito total de los mismos se requiere mayor apoyo logístico-recursos
financieros.
El stress social causado por el rompimiento de los lazos familiares y vecinales, se
vio más afectado durante los primeros años del traslado, especialmente vinculada a las
prácticas cotidianas de sobrevivencia interactuante, es decir, el tiempo de residencia en
su barrio de origen, propició un fuerte vínculo de amistad y solidaridad, en donde las
familias se apoyaban mutuamente para el cuidado de los hijos, asistencia y apoyo en
casos de urgencia como por ejemplo en situaciones de enfermedad, préstamo de dinero,
así como también para compartir horas de ocio y/o actividades recreativas, que
posteriormente con la relocalización se encontraron con nuevos vecinos de diferentes
barrios de origen, con quienes en principio no han tenido esa relación de confianza
plena. Sin embargo, estos impactos a veces poco visibles, relacionados a emociones y
sentimientos, y la reconstrucción de la vida social y comunitaria, se fueron atenuando a
través de estrategias de participación de actividades culturales como, por ejemplo, en las
escuelas o fiestas patronales en las iglesias, las que constituyen puntos de encuentros
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para fortalecer la relación e integración entre los nuevos vecinos, de convivencia y
solidaridad. Así, se han generado nuevos factores constitutivos de las nuevas redes
sociales, que conforman y sustentan a esta nueva comunidad de vecinos, acompañados
también por las comisiones vecinales y grupos de interés desde las USF, como por
ejemplo grupos o clubes integrados por personas adultas, de diabéticos, de hipertensos,
de la tercera edad para satisfacer necesidades comunes, que actúan como un elemento
para hacer frente a circunstancias de dificultad o de adversidad.
De igual manera, se mantienen en una estructura ocupacional diversificada en el
campo de la informalidad que conlleva a bajos ingresos económicos. Se trata de
ocupaciones productivas básicas e intermitentes de subsistencia tales como: paseros,
vendedores ambulantes, changarines (limpiadores, lavadores de autos), pescadores,
albañiles y empleadas domésticas, son los casos más recurrentes. La situación adversa
para el desarrollo de estas actividades productivas radica básicamente en la distancia del
centro de la ciudad, del nuevo circuito comercial y del río, y que a pesar de los años no
lograron incrementar y/o alcanzar los niveles de ingreso, sumado a los gastos que no
estaban dentro de su economía familiar, como por ejemplo pago de pasajes,
combustible, impuesto inmobiliario, facturas de la electricidad, etc, es decir, la
relocalización trajo aparejado el aumento de la canasta básica familiar, por factores de
orden estructural, la oferta de bienes y servicios, el nivel de precios, el poder de
compras.
Se trata de un cambio importante en sus condiciones de vida, además a lo
relacionado al mantenimiento de la vivienda, acceso a los servicios, así como nuevas
necesidades provenientes del cambio del modo de vida, propio del nuevo hábitat, con
viviendas de materiales que propicia la adquisición de electrodomésticos, televisores,
equipos de sonido, con su consiguiente aumento de consumo de energía eléctrica que,
son los nuevos hábitos procedentes de la nueva inserción social y cultural. A estas
alteraciones negativas significativas de la renta familiar, y el encarecimiento general de
la canasta familiar, especialmente originado por la reinserción de la población a un
estilo de vida diferente al que estaban acostumbrados, la adquisición de nuevas
obligaciones y erogaciones adicionales a las típicamente constituidas de la estructura de
gasto familiar anterior, como por ejemplo el encarecimiento para la adquisición básica
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de alimentos, gastos en transporte, adquisición de nuevos enseres y mobiliarios,
vestimenta, impuestos municipales, encarecimiento por consumo de energía eléctrica,
etc.. Todo ello produjo un aumento en el costo de vida, situaciones que han afectado
negativamente en los niveles de gastos de las familias relocalizadas.
De ahí se desprende que, mediante la observación, se detectaron innumerables casos
de familias que han vendido sus viviendas, o tienen intención de hacerlo, ya que aun en
esta comunidad se observa carteles de venta o alquileres de las viviendas. En ese sentido
analizando esta situación, se considera que este hecho en particular significa que una
gran parte de las familias relocalizadas no se han arraigado en el lugar, porque un
criterio de desarraigo tiene que ver con la no apropiación del lugar, indicador que es
difícil de ponderar en estos casos, a donde fueron y porque salieron del lugar.
Por otro lado, en el ámbito económico, un aspecto favorable y significativo, se
observa en aquellas familias beneficiarias de los proyectos productivos de reconversión
laboral, a cuyos beneficios, según los entrevistados, muchas familias no acceden por no
reunir con las condiciones establecidas por Yacyretá, en este aspecto se recomienda la
flexibilización de estos criterios algo rigurosos.
En cuanto a la seguridad, principalmente se visualizó la existencia de vandalismo y
hurto, no obstante, los vecinos organizados a través de sus comisiones vecinales por
etapas, vienen trabajando con sus vecinos y responsables de la comisaría del lugar,
sobre acciones tendientes a su prevención y control.
De esta manera, se concluye que, a rasgos generales, la movilización y disposición
en un Conjunto Habitacional tiene más impacto positivo que negativo para este caso,
pues expresan su conformidad con el proceso de relocalización, sobre su participación
en la elección de su vivienda, las informaciones adecuadas y oportunas recibidas en el
pre y post traslado, en la fase de preparación para el traslado, así como en la actuación
de la EBY en el período de adaptación después del traslado. En definitiva, para estas
familias que son económicamente vulnerables, recibir una vivienda adecuada con
equipamientos comunitarios, es sin duda, un notable bien compensatorio por las
pérdidas ocasionadas tangibles e intangibles, teniendo en cuenta que los niveles de
ingreso y el perfil ocupacional de la población relocalizada en este conjunto
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habitacional no posibilitaría un ahorro para la inversión destinada a la adquisición de
una vivienda nueva en el contexto urbano.
A pesar de la naturaleza de estos cambios, se señala que las condiciones de vida de
estas familias son aún vulnerables y, por lo tanto, para el mejoramiento de las
condiciones socio-económicas, estas familias requieren aún de un acompañamiento
sostenido tanto de la EBY como de otros organismos gubernamentales (OG) y no
gubernamentales (ONG). En este sentido, se hace necesario el apoyo y fortalecimiento
de programas de mitigación y compensación, orientados a generar condiciones para el
efectivo restablecimiento de las condiciones laborales y de un ingreso digno para hacer
frente a los requerimientos básicos de las familias en su nuevo hábitat para un efectivo
mejoramiento de las condiciones de vida.
De esta manera, para las acciones de rehabilitación económica, se recomienda que la
EBY y con acuerdo de otros organismos responsables de la ejecución de las políticas
públicas, intensifiquen la aplicación de programas y proyectos de acción y promoción
comunitaria, a través de capacitación laboral efectiva que conlleve a la formación de
estrategias a la generación de ingreso familiar, así como desarrollar acciones que
promuevan el involucramiento de los relocalizados en la búsqueda de alternativas. En
otras palabras, que apoyen al mejoramiento de las condiciones socio-económicas con el
acompañamiento de asistencia técnica efectiva, por ejemplo, para la creación de
cooperativas, en el área productiva, con asistencia técnica y de recursos para la
formación en oficios con rápida salida laboral, y la creación de fábricas, como por
ejemplo fábricas textiles, enlatados alimenticios, maquiladoras u otros, con el fin de que
las familias puedan continuar con el desarrollo de un modo de vida sustentable en el
nuevo hábitat.
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